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Un año más por estas fechas estoy fisico-animicamente agotadilla. Los exámenes de febrero, que cada vez empiezan antes en enero, tienden a pasar una factura algo abultada en ese aspecto, aunque merece la pena: estoy encantada con los resultados obtenidos.
Ahora, mientras iniciamos el segundo cuatrimestre con cierta calma y un poquito de pereza fruto de ese agotamiento, es momento para volver a hacer hueco a otros aspectos del día a día : mis queridos bordados.
Primero una deuda pendiente: finalizar el intercambio con el sorteo prometido y que tuve que aparcar por motivos evidentes. Después, o incluso durante, poquito a poquito ir avanzando en unos cuantos proyectos iniciados antes de las navidades.
Como digo… ¡¡¡Maravilla de rutina!!!
Ahora, mientras iniciamos el segundo cuatrimestre con cierta calma y un poquito de pereza fruto de ese agotamiento, es momento para volver a hacer hueco a otros aspectos del día a día : mis queridos bordados.
Primero una deuda pendiente: finalizar el intercambio con el sorteo prometido y que tuve que aparcar por motivos evidentes. Después, o incluso durante, poquito a poquito ir avanzando en unos cuantos proyectos iniciados antes de las navidades.
Como digo… ¡¡¡Maravilla de rutina!!!
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